"No fumo, porque..."

Los daños del tabaquismo eran un tema sobre el cual no se hablaba mucho hasta los años 1950

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"No fumo, porque..."

Esta semana nos adentramos en uno de los problemas más importantes de nuestra era. El tabaquismo, que es una de las causas más importantes de muchas enfermedades, sobre todo, el cáncer. Queremos empezar nuestras palabras, al decir “yo no fumo”.

Hasta hace la mitad del siglo XIX, el promedio de expectativa de vida era más corto. El motivo de ello era la falta de avance de los métodos de tratamiento. Ej., una persona con una muela podrida moría debido a la inflamación aun en sus tiempos veinteañeros. Si bien la calidad de vida de los seres humanos aumentó con el descubrimiento de vacunas, medicamentos y métodos de tratamiento, tampoco se abstuvieron de realizar inventos que amenazaban su salud. Los cigarrillos ocupaban la primera posición.

Los daños del tabaquismo eran un tema sobre el cual no se hablaba mucho hasta los años 1950. Justo en aquellos tiempos, los médicos aparecían en anuncios publicitarios sobre el cigarrillo para dar el mensaje de que fumar no era nocivo. Pero, gracias a la tecnología de medicina avanzada, surgió a partir de la segunda mitad de los 1950 que el tabaco causaba enfermedades letales.

El nivel alcanzado en la medicina actual demuestra que fumar está directamente relacionado con muchos tipos de cáncer, especialmente el de pulmón. También se sabe que fumar aumenta el riesgo de cáncer en órganos como boca, esófago, estómago, páncreas, riñón, vejiga y útero.

Fumar tiene efectos negativos casi sobre todos los sistemas en nuestro cuerpo. El tabaquismo, que desacelera la circulación sanguínea y provoca numerosas consecuencias, desde entumecimiento hasta gangrena, también se encuentra entre los principales responsables de la arteriosclerosis. La crisis cardíaca, parálisis y enfermedades cardíacas se observan más en las personas que fuman.

Otro sistema destruido por el tabaquismo es nuestro sistema reproductivo. Además de sus consecuencias como esterilidad, el tabaquismo durante el embarazo aumenta enormemente los riesgos de aborto espontáneo, prematuros o defectos de nacimiento. Este hábito hace que nuestro cuerpo quede sin defensa ante infecciones, debilitando nuestro sistema de inmunidad. Esto hace que nuestro cuerpo no sea saludable en general, aparte de los órganos directamente afectados por el tabaquismo.

Estos daños no sólo afectan a los fumadores, sino también a otras personas que se encuentran en el mismo ámbito. El mal olor que desprenden los cigarrillos y que se mezcla desde el pelo hasta la ropa de las personas también tiene un impacto negativo en la vida social. Hacemos hincapié en que evitar fumar o dejar de fumar es un paso importante para reducir el riesgo de enfermedades, y como palabra final decimos “no fumo porque tengo respeto por mí mismo”.

 


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