“La duración del día y de la noche varía, porque…”

Nos adentramos esta semana en un concepto que podríamos denominar “cósmico”, porque supera las dimensiones de nuestro planeta. Repasaremos nuestros conocimientos sobre la duración del día y de la noche, que hemos notado desde el principio de nuestra mente y aprendido desde la escuela primaria.

El ser humano analizó desde las edades más antiguas la desigualdad entre tiempos de noche y día. Nuestros ancestros, que intentaron desarrollar métodos para beneficiarse más del calor y luz en tiempos cuando los días son más cortos, musitaron sobre las causas de este fenómeno con el pasar de las eras. En muchas estructuras monumentales prehistóricas que han sobrevivido hasta nuestros días, se cree ampliamente que los días del equinoccio, cuando el día y la noche son iguales, se consideran sagrados, y que esta situación, que ocurre dos veces al año, es un signo divino.

Y ¿por qué cambian continuamente las duraciones de día y noche? La principal razón de este fenómeno es la inclinación axial de nuestra Tierra. La inclinación axial se origina de diversos cambios ocurridos durante la formación de nuestro planeta. Durante el proceso de formación general del Sistema Solar, que también incluye la formación de la Tierra, la mayoría de los planetas y de otros cuerpos astronómicos se componía de una sustancia en forma de disco giratorio. Las colisiones en este disco, las interacciones gravitacionales y factores similares determinaron las órbitas y los ejes de rotación de los planetas. El eje de nuestro mundo se determinó durante este proceso de formación y se fijó en un cierto ángulo inclinado.

Como es sabido por todos, nuestra Tierra gira alrededor del Sol en el mismo momento cuando se gira alrededor de su propio axis inclinado. El movimiento de rotación forma un día, y el giro equivale a un año. Como resultado de estos movimientos, la luz del sol incide en diferentes áreas en diferentes ángulos, y la duración de los días y la duración del día y la noche varían. Porque la inclinación axial de la Tierra afecta el ángulo de llegada de la luz solar a la superficie. Como la tierra está inclinada según su axis, la luz solar llega desde diferentes ángulos en diferentes estaciones a lo largo de un año. Este hecho afecta la cantidad de la luz solar que llega a la Tierra a lo largo del día. Por lo mismo, los días son cortos en el invierno, y las noches son largas.

Alrededor del ecuador, la duración del día y la noche permanecen relativamente constantes durante todo el año porque la luz del sol incide en estas áreas en un ángulo vertical debido a la inclinación de la Tierra. Pero, a medida que se avanza hacia los polos, se observan cambios más notables en duraciones de día y noche dependiendo de las estaciones.

Como palabra final, la duración del día y de la noche varía porque el eje de nuestra Tierra está inclinado y esta inclinación hace que recibamos diferentes cantidades de luz solar en diferentes períodos.